Éste es Don Audelio, el señor que se encarga del mantenimiento de la casa social que Apsadec y Bateginez mantienen en Pochuta. Camina despacio, sin meter ruido, pero llega antes que nadie. Se levanta temprano, como siempre hizo. No hace caso demasiado caso de los horarios. No importa que la farmacia tarde aún un par de horas en abrir, seguro que él ya está en la casa. Si le preguntáis por qué madruga tanto, se encogerá de hombros y os dirá simplemente que no tiene reloj.
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