Hace ya algunos meses, en una de las asambleas de la Coordinadora, salió a debate el asunto de la Educación para el Desarrollo. La representante de una de las ongds participantes criticó que este tema acabe centrándose siempre en los centros escolares y su alumnado, como si no fuera posible o no tuviera sentido ampliar la educación al resto de la sociedad.
Quizás, para empezar, deberíamos recordar una de esas normas del saber estar que nos recordaban nuestras abuelas: “¡No te comas todos los dulces, deja algo para los demás!”
Simple, ¿eh? Ahora pensemos en que esa bandeja repleta de dulces son los recursos que tiene nuestro planeta. El de todos y cada uno de sus habitantes. ¿Somos capaces de conformarnos con la parte que nos toca?
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