Mientras Bateginez seguía preguntándose si las lluvias y los vientos habrían afectado a sus proyectos, los promotores de salud y desarrollo de Apsadec, nuestra contraparte, ya se habían puesto manos a la obra. Reunieron comida y algo de ropa de abrigo, cargaron un camión y marcharon carretera abajo para atender a los damnificados.
Después, Bateginez, humildemente, se sumó a ellos... vía bancaria. Pero quienes pusieron en marcha, ejecutaron y siguieron adelante con la atención a sus vecinos fueron ellos, las mujeres y los hombres de Apsadec. Un ejemplo de cooperación Sur-Sur a pequeña escala, pero con un gran efecto en los cientos de personas que durante aquellos días pudieron obtener comida, agua limpia y algo de ropa seca hasta que pasase el temporal.


No hay comentarios:
Publicar un comentario