Este último mes las oenegés han estado en boca de todos por una triste noticia: la acusación y posterior detención por apropiación de fondos por parte del presidente de Anesvad.
El daño es grande, porque pocas cosas tenemos las ONGDs si no contamos con la confianza de quienes nos dan su apoyo para que nuestros proyectos sigan adelante. La eterna duda, "¿llegará el dinero?", ha vuelto a la mente de muchos. Un único caso de corrupción puede poner en entredicho el trabajo que durante años han realizado decenas de organizaciones que nada tienen que ver con lo sucedido.
Afortunadamente muchos medios han hecho hincapié en el hecho de que la denuncia haya partido de miembros de la organización y también se ha hecho público el rechazo de la Coordinadora de ONGD de Euskadi a la admisión en su seno de esta organización porque no cumplía con aspectos básicos de su código de conducta.
Con este post nos adherimos a la declaración oficial de la Coordinadora de ONGD de Euskadi, a la que Bateginez pertenece desde hace años:
La Coordinadora de ONGD de Euskadi, ante la situación generada en relación a la Fundación Anesvad, quiere transmitir:
La Coordinadora de ONGD de Euskadi, creada en 1988, cuenta con 75 organizaciones miembro en los territorios de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa. Ni en estos momentos ni con anterioridad Anesvad ha formado parte de la Coordinadora de ONGD de Euskadi.
La Coordinadora de ONGD de Euskadi cuenta con un Código de Conducta aprobado en Asamblea General de 1998 que define las actuaciones de sus organizaciones miembro. El Código es mucho más que una declaración de intenciones de una organización altruista. Son principios éticos consensuados y asumidos de forma colectiva por las ONGD. Con el mismo se pretende clarificar el concepto, los objetivos y las actuaciones de las ONGD. Esto resulta imprescindible para un sector plural y diverso. A través de este Código las organizaciones también arbitran mecanismos de control y seguimiento en base a la necesaria transparencia en sus actuaciones.
Solicitamos que, en esta como en cualquier otra situación, se cumpla estrictamente la ley. Las ONGD somos las primeras interesadas en la gestión adecuada y rigurosa de fondos que manejan las organizaciones. En este sentido, apostamos por la máxima transparencia en la gestión tanto de los fondos públicos como privados. No debemos olvidar, asimismo, que las irregularidades de las organizaciones son excepcionales, existen mecanismos de control y la practica totalidad de las ONGD basan su trabajo en la profesionalidad, la ética y la transparencia.
Bilbao a 9 de marzo de 2007
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